martes, 17 de febrero de 2015

SANTO TOMAS REPARTIENDO LIMOSNA. B.E. MURILLO. 1678. SEVILLA.

El pauperismo reflejado en este lienzo de Murillo, Santo Tomás de Villanueva repartiendo sus ropas a los pobres, fue uno de los problemas más graves que tuvo que afrontar la España del siglo XVII, alcanzando el número de pobres frecuentemente un 20 un 30 e incluso un 40 por ciento de la población de las villas y ciudades.
El capítulo de pobres era muy heterogéneo, en el figuraban tanto sirvientes, pícaros, vagabundos, pobres de solemnidad o personas con oficio, pero al no poder atender sus necesidades más perentorias vivían en la pobreza.
Santo Tomás aparece en un interior arquitectónico, creando Murillo una espectacular sensación de profundidad al alternar planos de luz y sombra.
El santo preside la escena, abandonando sus estudios teológicos -los libros que aparecen sobre la mesa de la izquierda- para dedicarse a la caridad, dando limosna a varios mendigos.
 A sus pies se arrodilla un tullido que alarga la mano para recibir las monedas, creando un sensacional escorzo. En la derecha observamos varios mendigos más: un niño que dirige su agradecida mirada al santo, un anciano que mira a su mano para asegurarse de que tiene la moneda y la anciana con gesto de ansiedad.
En primer plano y en la zona izquierda de la composición encontramos uno de los grupos más atractivos de la pintura de Murillo; se trata de una mujer junto a su hijo. La madre muestra los senos desnudos y recibe con cariño al pequeño que lleva en sus manos las monedas entregadas por el santo.
Su cercanía respecto al espectador permite integrarse en el momento del reparto a quien contempla la escena

En esta imagen Murillo recurre al naturalismo que caracteriza buena parte de sus obras, dotando la escena de cierto aire a través de la atmósfera que consigue gracias a la luz y el color, siguiendo a  la escuela veneciana. La pincelada es rápida, obteniendo uno de sus mejores trabajos.



Santo Tomás repartiendo limosna
Museo de la Bellas Artes
Sevilla