La resurrección de Jesús es
un episodio evangélico y un tema muy
representado en el arte cristiano, dentro del ciclo de la Pasión.
En la literatura cristiana Jesús es, por antonomasia, "el Resucitado".
Según el Nuevo Testamento ocurrió al tercer día de que Jesús fuera crucificado muerto y sepultado en una tumba. El
momento preciso de la resurrección no se describe, ni aparece como presenciado
por nadie (ni siquiera por los soldados que custodiaban el lugar); sí su
consecuencia: las miróforas (tres Marías o santas mujeres) encuentran la tumba vacía (en uno de los evangelios, el de Mateo, en medio de un
estruendo causado por la llegada de un ángel (en los demás
evangelios también aparecen ángeles, aunque en otra actitud). A partir de ese
momento se mencionan varias apariciones de Jesús resucitado en diversas ocasiones, tanto a María Magdalena como a los apóstoles.
La resurrección de Jesucristo
se celebra en el calendario cristiano con la festividad del domingo de pascua o de
resurrección.
El Greco en este lienzo nos muestra el momento en el que Jesús resucita de entre los muertos, presentándose ante los sorprendidos soldados que habían puesto
como guardia para que los discípulos no robaran el cuerpo de Jesucristo para decir
luego que había resucitado. No es una escena que aparezcan en los Evangelios, sino que forma
más bien parte de las leyendas medievales apócrifas. Por ese motivo, tras el Concilio de Trento este
tipo de representaciones fueron infrecuentes. En esta obra pueden apreciarse las características del
estilo del Greco: figuras alargadas, colores chillones y
antinaturales, que hicieron que generaciones posteriores criticaran sus cuadros
y que, en cambio, llegado el siglo XX fuese aplaudido por su modernidad.