domingo, 11 de enero de 2015

PINTURA: REALISMO SOCIAL

En el último cuarto del siglo XIX, en el panorama artístico español, se aprecia un cambio. La denominada “pintura de historia” va dejando paso a la pintura de “realismo social”, más acorde con las transformaciones que se han ido consolidando desde el asentamiento del liberalismo en España aunque no alcanzó el mismo desarrollo que en otros países europeos como, por ejemplo, Francia.
El pintor José Jiménez Aranda (1837-1903) es de los primeros artistas en abordar esta nueva orientación y lo hace presentando, en la Exposición Nacional de las Bellas Artes, el lienzo Una desgracia (1890).
En este cuadro podemos captar las distintas reacciones entre un grupo de transeúntes ante el accidente laboral que se ha producido, contemplan el cuerpo de un albañil, que acaba de caerse del andamio en el que trabajaba. Los gestos de horror de la mayoría de las figuras, especialmente la mujer de primer plano que tapa con su mano derecha el rostro, y las tonalidades grisáceas de la luz indican que nos encontramos ante una desgracia, como bien reza el título.


"Una desgracia"
1890

Joaquín Sorolla Bastida (1864-1923) es otro de los maestros del panorama artístico español que se dejo llevar por las nuevas tendencias y la década final del siglo, ejecutó cuatro lienzos plasmando esa nueva orientación; si bien hay que resaltar que fue algo más bien testimonial, en el conjunto de sus obra (alrededor de 213 obras catalogadas).
En el primero de ellos, titulado Otra Margarita (1892), la escena transcurre en un vagón de tercera clase, donde una madre infanticida es trasladada a prisión por una pareja de la Guardia Civil. El tema, de por sí dramático, adquiere una mayor intensidad al acentuar el artista valenciano la dureza de la expresión de la protagonista.


"Otra Margarita"
1892

En 1894, con Aún dicen que el pescado es caro rinde homenaje a su gran amigo Vicente Blasco Ibáñez, representando en este lienzo un pasaje de la novela Flor de Mayo, publicada ese mismo año.
En uno de los pasajes, muere en el mar un pescador llamado Pascualet, y su tía se lamenta de lo sucedido mientras exclama: ¡Que viniesen allí todas las zorras que regateaban al comprar en la pescadería! ¿Aún les parecía caro el pescado? ¡A duro debía costar la libra...!
La escena que se representa muestra a dos pescadores mientras atienden a un tercero que ha sufrido un accidente, este se encuentra con el torso desnudo y de su cuello pende una medalla que probablemente corresponde a la virgen del Carmen, protectora de los hombres del mar. Alrededor de los personajes pueden observarse diversos objetos habituales en el interior de las embarcaciones, un candil, un tonel para el agua dulce, cuerdas y varios peces.


" Y aún dicen que el pescado es caro"
1894

En tercer cuadro, Trata de blancas, fechado en 1895, la escena se desarrolla también en el  vagón de un tren, en el cuadro aparecen representadas un grupo de mujeres vestidas a modo de campesinas con mantillas y pañuelos en sus cabezas que semejan estar dormitando, a excepción de la anciana de negro que las acompaña, la cual permanece despierta y vigilante.
 Con el angosto espacio que se refleja en el cuadro, el pintor trata de simbolizar la imposibilidad de huir del destino. Sin embargo, la alusión a la prostitución se hace de una manera velada, revelándose una gran piedad por parte del autor de cara al tema.

 

" Trata de blancas"
1895