Este grupo escultórico de gran tamaño (2,45 m),
y esculpida en mármol, se encuentra en la sala Pía Clementino en los Museos
Vaticanos.
Representa la muerte del sacerdote troyano Laocoonte, o Laoconte,
castigado por los dioses a morir estrangulado por serpientes marinas junto a
sus dos hijos.
Fue hallada el 14 de enero de 1506en una viña cercana a Santa María la Mayor terreno propiedad de Felice de Fredis que se encontraba en
el Esquilino romano, y que en
tiempos antiguos había sido parte de la Domus Aurea de Nerón y luego del palacio
del emperador Tito.
El papa Julio II envió al arquitecto Giuliano de Sangallo, quien junto a Miguel Ángel, identificó
la escultura como la descrita por el autor romano Plinio el Viejo en su obra
enciclopédica Naturalis Historia.
En los mitos griegos se relata que, durante el asedio de Troya dos serpientes fueron enviadas por Apolo, Poseidón o Atenea, y atacaron a Laocoonte, sacerdote troyano de Apolo, y a sus
dos hijos.
Las versiones que relatan este episodio son
numerosas y se discute si el grupo escultórico se baso en el
relato de Virgilio en la Eneida en el que
morían Laocoonte y sus dos hijos, o en una versión anterior narrada en un poema
perdido del ciclo troyano,
la Iliupersis,
donde morían Laocoonte y solo uno de los hijos.
Laocoonte era el sacerdote del templo de Apolo
Timbreo en Troya y, al igual que Casandra,
advirtió a los troyanos que si dejaban entrar en la ciudad al Caballo de Troya caerían
en una trampa tendida por los griegos aqueos:
¡Necios, no os fieis de los griegos ni siquiera
cuando os traigan regalos!
Eneida (Virgilio)
La obra está enmarcada dentro de una
composición de figura piramidal,
y la mejor posición para su observación es la frontal; la obra representa las
emociones humanas en su máxima expresión patética. Es, junto al gran altar de Zeus y Atenea de Pérgamo (180-160 a.C.), un
ejemplo de la escultura escenográfica helenística de un dramatismo extremo. Desde el Renacimiento, este grupo es representativo del arte antiguo y de la
corriente académica y barroca del arte helenístico.
La expresión de culpabilidad y el gran
dramatismo de Laocoonte, que hace contorsiones en dolorosa agonía, son
estremecedores. Dentro del grupo, las
dos serpientes monstruosas, que se enroscan para matar de acuerdo al castigo
impuesto por los dioses, forman parte de la composición visual del grupo, y con sus líneas curvas consigue la unión entre
todos los personajes, hecho que ayuda a mostrar la dinámica que se desprende
del grupo. Hay una voluntad de exagerar el efecto teatral de la anatomía, más acentuado
que el altar de Pérgamo, y se añade el dolor moral de Laocoonte al presenciar
la muerte de sus dos hijos.
La obra ya tuvo gran influencia en la época de
su descubrimiento debido a su grado de perfección. Los artistas del Renacimiento se vieron
altamente influídos. Así, Miguel Ángel se inspiró en ella para realizar varias
de sus obras, como algunas de las figuras del techo de la capilla Sixtina,
particularmente la postura de Amán en la pareja Ester y Amán y La
Serpiente de Bronce, dos de los esclavos realizados en la tumba de Julio
II, y en los esbozos de La batalla de Cascina.
Juan De Bolonia se inspiró
en ella para su grupo escultórico El rapto de las Sabinas (1581-1583).
En El Parnaso,
pintura de Rafael ,
también se advierte la similitud con la cabeza de Laocoonte en la figura que
representa a Homero.
Tiziano, Rubens, El Greco, Willian Blake y Max Ernst realizaron
interpretaciones del grupo escultórico.
Winnckelmann en la primera
edición de su Historia del arte en la antigüedad, de 1764, analiza, entre
muchas otras obras, el grupo de Laocoonte, y señala que la figura del hijo más
grande tuvo que ser ejecutada por separado.
Lessing, en su obra de crítica estética de 1766 Laocoonte o sobre los límites en la pintura y poesía, explica que
"la escultura y la pintura se hacen con figuras y colores en el
espacio" y "la poesía con sonidos articulados en el tiempo".
Grupo escultórico. Visión frontal |
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