viernes, 4 de octubre de 2013

La dama del Armiño. Leonardo da Vinci. 1488-1490. Cracovia.



La joven aparece representada en un retrato de tres cuartos con el cuerpo en diagonal y el rostro girado, no está posando sino que el genio renacentista la habría captado en un movimiento espontáneo cuando la joven se giraba para escuchar a alguien que quedó fuera del cuadro.
Aparece ataviada según la moda de la época con un vestido en azul y granate de escote cuadrado y en el cuello un collar de cuentas con doble vuelta. Su rostro aparece enmarcado por una especie de velo decorado por una cinta.
Su rostro es representado con gran elegancia y finura y sus rasgos delicados son captados con gran perfección por el pintor renacentista.
En los brazos sostiene un armiño blanco que ha tomado diferentes significados simbólicos. El animal se ha relacionado con el emblema de Ludovico Sforza un pequeño armiño, o con virtudes propias de la dama como el equilibrio y la tranquilidad, su blancura también se identifica con la pureza.
Una ligera sonrisa se sugiere en los labios de Cecilia Gallerani, recurso también utilizado y mucho más conocido en la famosa Gioconda o Mona Lisa de este artista.
La mano con la que la joven acaricia al animal es fruto de un profundo estudio anatómico, de hecho no podemos olvidar que Leonardo era asiduo a los estudios forenses y compraba cadáveres para estudiar su anatomía plasmando después sus conocimientos en sus cuadernos de dibujo.
El fondo, hoy totalmente oscuro y con una inscripción, en origen tenía una ventana por donde penetraba la luz. Es esta misma luz lo que hace que la joven aparezca iluminada fuertemente por la izquierda hacia donde gira su rostro, y se vaya ensombreciendo paulatinamente ayudando a otorgar profundidad a la composición.
LA DAMA DEL ARMIÑO

No hay comentarios:

Publicar un comentario