miércoles, 21 de diciembre de 2016

DESCANSO EN LA HUIDA A EGIPTO Caravaggio. c. 1597 Óleo sobre lienzo.133.5 cm × 166.5 cm. Palacio Doria Pamphili. Roma


La huida a Egipto es un episodio evangélico (Mateo 2, 13-15) muy tratado en el arte, en el que se identifica a la Sagrada familia con la suerte de los desfavorecidos por la emigración y la represión política
El relato del Nuevo Testamento muy breve y propio del evangelio de Mateo, narra cómo un ángel se aparece en sueños a Joséy  le ordena que huya a Egiptojunto con la Virgen María y el Niño Jesús pues el rey Herodes lo estaba buscando para matarle (la matanza de los Inocentes). José obedece; y al cabo de un tiempo indeterminado, muerto ya Herodes, se le ordena volver de un modo similar. El verbo «huir» utilizado en el evangelio de Mateo como parte de la expresión del ángel: «...toma al niño y a su madre y huye a Egipto...» (Mateo 2:13), acompañado por la sobriedad del relato, es contrario al tono usado por la literatura apócrifa en general que se basa en milagros para hacer más fáciles las cosas. Egipto era el país clásico de refugio político por ser provincia romana. Allí había muchos judíos, colonias florecientes y barrios habitados por ellos que prestaban socorro a sus conciudadanos.
Descanso en la huida a Egipto, también titulado Sagrada Familia con ángel músico, es un cuadro realizado por Caravaggio en 1597, siendo el primero donde abordaba temas bíblicos.
La escena trascurre bajo un roble en la que observamos a José sujetando unas partituras que el ángel (centro de la escena) interpreta con un violín, termina la composición con María que sujeta a Jesús en sus brazos (destaca los cabellos rojizos de la virgen). Posiblemente este ángel fue el que aviso a José de la masacre que planeaba Herodes para que emprendieran el viaje.
Esta es una de sus obras más evocadoras que muestra una naturaleza serena con una gran amplitud de paisaje, algo extraño en Caravaggio.

Michelangelo Merisi. Caravaggio (1571- 1610)
Principal figura de la pintura italiana de su tiempo, aprendió el arte pictórico de un maestro de segunda fila, Simone Peterzano, y sobre todo a partir del estudio de las obras de algunos artistas venecianos.
De 1592 a 1606 trabajó en Roma, donde no tardó en destacar no sólo por su original enfoque de la obra pictórica, sino también por su vida irregular, en la que se sucedían lances, peleas y episodios reveladores de su carácter tempestuoso y su falta de escrúpulos.
De Caravaggio se ha dicho que fue un revolucionario tanto por su vida turbulenta como por su pintura, en la que planteó una oposición consciente al Renacimiento y al manierismo. Siempre buscó, ante todo, la intensidad efectista a través de vehementes contrastes de claroscuro que esculpen las figuras y los objetos, y por medio de una presencia física de vigor incomparable. Al evitar cualquier vestigio de idealización y hacer del realismo su bandera, pretendió ante todo que ninguna de sus obras dejara indiferente al espectador.
Desde el principio de su estancia romana rechazó la característica belleza ideal del Renacimiento, basada en normas estrictas, y eligió el camino de la verdad y el realismo, realizando sus obras mediante copias directas del natural, sin ningún tipo de preparación previa. En 1606, Caravaggio mató a un hombre en una reyerta y se vio obligado a huir de Roma, adonde, muy a su pesar, nunca pudo volver.
Murió cuatro años después en una playa solitaria, aquejado de malaria. En esta última época había pintado algunas obras en las que su dramatismo característico dejaba paso a una gran serenidad.



martes, 20 de diciembre de 2016

LA VISITACIÓN DE NUESTRA SEÑORA A SU PRIMA SANTA ISABEL


LA VISITACIÓN DE NUESTRA SEÑORA A SU PRIMA SANTA ISABEL

Giotto di Bandone c. 1302-05
Capilla de los Scrovegni. PADUA

Cuando el ángel anunció a María el misterio de la Encarnación, le dijo también que su pariente Isabel había concebido un hijo en su vejez, y ya estaba de seis meses aquella a quien llamaban estéril. Poco después, María se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá, Ain Karim, seis kilómetros al oeste de Jerusalén y a tres o cuatro días de viaje desde Nazaret. Llegada a su destino, entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: “Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!”
El saludo profético y la bienaventuranza de Isabel despertaron en María un eco, cuya expresión exterior es el himno que pronunció a continuación, el Magníficat, canto de alabanza a Dios por el favor que le había concedido a ella y, por medio de ella, a todo Israel. María, en efecto, dijo: «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación...»
El evangelista San Lucas no nos ha dejado más detalles de la visita de la Virgen a su prima Isabel, simplemente añade que María permaneció con ella unos tres meses, y se volvió a su casa de Nazaret.

En la pared del arco que daba acceso al coro de la capilla Scrovegni, en Padua, y en su parte superior, Giotto da forma a esta Visitación. El registro superior estaba dedicado a episodios de la vida de la Virgen y de la historia de sus padres, San Joaquín y Santa Ana. En esta representación se narra el encuentro que tuvo lugar entre las primas Isabel y María, enterada esta última de que también estaba embarazada. El centro compositivo lo forma el emotivo momento en que se encuentran y abrazan las dos protagonistas. Giotto vuelve a figurar una edificación donde transcurre el relato. Ahora ha representado un pórtico de líneas muy estilizadas, decorado con relieves de carácter clásico en su fachada. El edificio no ocupa el primer plano de la composición, sino que se sitúa al fondo, y transversal al motivo narrado: su función es simplemente la de un escenario. Siguiendo esta diagonal, nos damos cuenta de las reducidas posibilidades que aquí muestra la arquitectura, ya que el eje compositivo, figurado en el centro, es el abrazo de la Virgen y Santa Isabel, ambas encintas. Se completa la composición con las acompañantes de ambas: a la derecha, la sirvienta de Isabel que sale de la casa; a la izquierda, las dos mujeres que acompañan a María en la visita. Giotto vuelve a dar especial importancia a las actitudes de los personajes. 

Giotto di Bondone. (1267-1337)
Arquitecto y pintor italiano. Fue el primer creador italiano en superar las tendencias bizantinas de la pintura de su tiempo y explorar unas orientaciones que acabaron por desembocar en la gran revolución artística del Renacimiento.

domingo, 18 de diciembre de 2016

FRA ANGELICO. La Anunciación 1425 - 1428. Témpera sobre tabla, 194 x 194 cm. MUSEO DEL PRADO. MADRID


“Envió Dios el ángel Gabriel a Nazareth, ciudad de Galilea, a una virgen desposada con cierto varón de la Casa de David, llamado José. Y el nombre de la Virgen era María. Y habiendo entrado el ángel a donde ella estaba, le dijo: "Dios te salve, llena de gracia, el Señor es contigo: bendita tú eres entre todas las mujeres (...) concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y le dará el señor Dios el trono de David, su padre, y reinará en la casa de Jacob eternamente, y su reino no tendrá fin"

Aunque Guido di Piero trabajó como pintor e iluminador en Florencia con anterioridad a su ordenación como dominico hacia 1420-1422 y la adopción del nombre de Fra Giovanni de Fiesole (sólo fue llamado Fra Angelico tras su muerte), sus primeras obras documentadas se fechan entre 1423 y 1429. Dentro de este periodo se incluye la realización de esta obra, pintada para el convento de Santo Domingo en Fiésole y probablemente sufragada por Angelo di Zanobi di Taddeo Gaddi, nieto del pintor Taddeo Gaddi. Minusvalorada durante décadas por la crítica, que la tenía por versión tardía de La Anunciación de Cortona con amplia participación de taller, La Anunciación del Prado es considerada actualmente una de las primeras obras maestras de su autor, y fue realizada en un momento decisivo para el arte florentino, cuando trabajaban en la ciudad epígonos del gótico internacional como Lorenzo Monaco o Gerardo Starnina; pintores al tanto de las innovaciones nórdicas, Gentile da Fabriano; y artistasrevolucionarios como Masaccio o Brunelleschi.
Iconográficamente se trata de una obra tradicional cuya tabla central muestra el ciclo de la pérdida (Adán y Eva expulsados del Paraíso) y salvación del hombre (Anunciación de María), mientras los cinco paneles de la predella ilustran otros tantos episodios de la vida de la Virgen. Sin embargo, en la plasmación visual de estos temas Fra Angelico demostró conocer las transformaciones que estaban sucediéndose en el arte toscano. Así, la minuciosidad en la representación de flores y objetos deriva de Gentile da Fabriano, responsable también de la voluntad de unificar el espacio mediante la arquitectura; mientras el intento de profundidad espacial de la camera virginis remite a cuanto habían hecho Masolino y Masaccio en la Capilla Brancacci. De igual modo, la estructura que cobija La Anunciación fue de las primeras en seguir la recomendación dada en 1425 por Brunelleschi para los retablos de San Lorenzo, que debían ser cuadrados y sin adornos. Todo ello no puede hacernos olvidar que estamos ante una obra temprana que, como tal, delata los titubeos de su autor, perceptibles en el deficiente manejo de la perspectiva y el escaso conocimiento de la anatomía (Texto extractado de Falomir, M.: Pintura italiana del Renacimiento. Guía, Museo del Prado, 1999, p. 32).

NATIVIDAD Y ADORACION DE LOS PASTORES. Hugo van der Goes. h. 1440-1481



Sólo el evangelista San Lucas relata el nacimiento de Jesús y los acontecimientos en torno al mismo.
Aconteció, pues, en los días, aquellos que sale un edicto de César Augusto para que se empadronase todo el mundo. Este empadronamiento primera tuvo lugar siendo Cirno gobernador de Siria. E iban todos a empadronarse, cada uno en su ciudad. José subió de Galilea de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama a Belén por ser él de la casa y familia de David, para empadronarse con María, su esposa que estaba encinta.
Estando allí se cumplieron los días de su embarazo y dio a luz a su hijo primogénito y le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre por no haber sitio para ellos en el mesón. Había en la región unos pastores que pernoctaba en el raso, y de noche se turnaban velando sobre su rebaño. Se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del señor los envolvía con sus luz,  quedando ellos sobrecogidos de gran temor.  Díjoles el ángel: “no temáis os traigo una buena nueva, una gran alegría, es para todo el pueblo, pues os ha nacido hoy un Salvador que es el Mesías el Señor en la ciudad, de David. Esto tendréis por señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y reclinado en un pesebre” Al instante se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a  Dios diciendo: “Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad”.
Así que los ángeles se fueron al cielo, se dijeron los pastores unos a otros: Vamos a Belén a ver esto que el señor nos ha anunciado”. Fueron con presteza y encontraron a María, a José y al Niño acostado en un pesebre y viéndoles  contaron lo que se les había dicho acerca del Niño. Y cuando Y cuantos lo oían se maravillaban de lo que les decían  los pastores. María guardaba todo esto y lo meditaba en su corazón. Los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto. según se sabía dicho.

 Lucas 2, 1 -20

NATIVIDAD Y ADORACION DE LOS PASTORES. 
Hugo van der Goes. h. 1440-1481
Tabla. 97x246 cm
Staatliche Musee. Berlín