sábado, 9 de noviembre de 2013

LA EXPULSIÓN DE ADÁN Y EVA DEL PARAISO TERRENAL. Masaccio. Florencia



            Es uno de los frescos que se puede contemplar en la capilla Brancacci, en la iglesia Santa Mª del Carmine, en la ciudad de Florencia.
Masaccio quiso representar el pecado original y el alejamiento del hombre respecto a Dios.
         Este fresco es famoso por su energía y realismo emocional. El patetismo de la escena se acentúa con el grito desgarrador de Eva y la contracción del vientre de Adán tomando aire. Adán llorando cubre sus ojos con la mano en signo de vergüenza, mientras que Eva con los brazos intenta taparse.
El tratamiento de los desnudos nos remite a modelos de la Antigüedad, Para Adán pudo tomar como modelo a Marsias o el Laooconte. Por lo que se refiere a Eva podemos ver algunas referencia a las Venus púdicas romanas.



EXPULSION DE ADÁN Y EVA

NACIMIENTO DE MARÍA


         Según los evangelios apócrifos de la Natividad, en Jerusalén vivía un hombre llamado Joaquín, que a pesar de ofrecer generosos dones al Templo, se le reprochaba el no haber tenido aún descendencia. Afligido, se retiro al desierto. Su mujer Ana, que no conocía su huída, lamenta doblemente su “viudez y su esterilidad”, (Protoenvagelio de Santiago. 2,1, s.II). Mientras se lamentaba se le apareció un ángel anunciándole el advenimiento de una hija. “Vete a la puerta que llaman Dorada y sal al encuentro de tu marido (que también había sido visitado por un ángel) porque hoy mismo llegará. Ella se dio prisa y salió corriendo, acompañada de sus doncellas, se encontraron en la Puerta Dorada, fundiéndose en un abrazo.
         Este abrazo de Joaquín y Ana en la Puerta Dorada es un  tema frecuente e importante en la iconografía mariana y sirvió junto al árbol de Jesé, para expresar la concepción de María sin pecado original.

         En las representaciones del nacimiento de María, santa Ana está acostada y rodeada por una numerosa corte de asistentes. Y pregunto a la comadrona: ¿Qué es lo que he dado a luz?, y la comadrona respondió; una niña, entonces Ana exclamó, “Mi alma ha sido enaltecida” y reclinó a la niña en la cuna. Habiendo transcurrido el tiempo marcado por la ley, Ana se purificó, dio el pecho a la niña y le puso el nombre de Mariam. (Pseudomateo 5,2).

ABRAZO EN LA PUERTA DORADA. GIOTTO

NACIMIENTO DE LA VIRGEN, GHIRLANDAIO