sábado, 27 de abril de 2013

VILLA CAPRA o VILLA ROTONDA. A. Palladio. 1566. Vicenza




La obra de Andrea Palladio se engrandece con un variadísimo muestrario de sus villas, diseñadas para la nobleza, esparcidas por los campos más inmediatos de las ciudades de Vicenza y Venecia. La más admirada de todas ellas es la villa Capra, conocida como villa Rotonda, una casa de campo construida a las afueras de Vicenza.
El nombre Capra deriva del apellido de dos hermanos que completaron el edificio luego que les fue cedido en 1591. Es la Villa más famosa de Palladio y probablemente de todas las villas venecianas; la Rotonda es uno de los más celebrados edificios de la historia de la arquitectura en la época moderna y  uno de los más influyentes.
El edificio se alza sobre un pequeño montículo en el que cuatro lados monumentales con amplias escaleras, conducen a pórticos de orden jónico, levantados sobre un elevado estereóbato y coronados por un frontón. Como los antiguos templos romanos, cada pórtico da acceso a la planta principal, donde se aloja una sala central circular.
El  cuerpo del edificio es un cuadrado donde se inscribe una sala rotonda alrededor de la cual se agrupan las diferentes habitaciones rectangulares. A cada lado se añade, en el exterior, el pórtico coronado con estatuas como acróteras.
Todo el complejo está distribuido por las maravillosas formas geométricas elementales como el cilindro, la esfera o el cubo. Figuras que contienen un alto grado simbólico. El cuadrado, representa lo terrenal, mientras que el círculo, se relaciona con lo espiritual.
Tanto la disposición de la planta como la vista exterior son totalmente simétricos y proporcionados mostrando una concordancia perfecta entre las partes. Los frontones de los diversos pórticos que componen La Rotonda son idénticos e incluso mantienen el mismo número de escalones. El pórtico solía emplearse tan sólo en la entrada principal; aquí, sin embargo, se dispone en todas las fachadas para que la simétrica disposición sea perfecta.
Las amplias escalinatas, delimitadas por muros laterales, conducen a los pórticos que sobresalen del cubo. Un estrecho pasillo abovedado conduce, desde cada una de las cámaras, al espacio central de planta circular, cuyo diámetro equivale a la anchura del pórtico. Dos ventanas ovales flanquean el escudo
Desde los pórticos es posible gozar de la maravillosa vista del campo circundante, dado que no por azar la villa fue proyectada para estar en perfecta armonía con el paisaje.







PLANO


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