La obra de Andrea Palladio se engrandece con un
variadísimo muestrario de sus villas, diseñadas para la nobleza, esparcidas por
los campos más inmediatos de las ciudades de Vicenza y Venecia. La más admirada
de todas ellas es la villa Capra, conocida como villa Rotonda, una casa de
campo construida a las afueras de Vicenza.
El nombre Capra deriva del
apellido de dos hermanos que completaron el edificio luego que les fue cedido
en 1591. Es la Villa más famosa de Palladio y probablemente de todas las
villas venecianas; la Rotonda es uno de los más celebrados edificios de la
historia de la arquitectura en la época moderna y uno de
los más influyentes.
El edificio se alza sobre un pequeño montículo en
el que cuatro lados monumentales con amplias escaleras, conducen a pórticos de
orden jónico, levantados sobre un elevado estereóbato y coronados por un
frontón. Como los antiguos templos romanos, cada pórtico da acceso a la planta
principal, donde se aloja una sala central circular.
El cuerpo
del edificio es un cuadrado donde se inscribe una sala rotonda alrededor de la
cual se agrupan las diferentes habitaciones rectangulares. A cada lado se
añade, en el exterior, el pórtico coronado con estatuas como acróteras.
Todo el
complejo está distribuido por las maravillosas formas geométricas elementales
como el cilindro, la esfera o el cubo. Figuras que contienen un alto grado
simbólico. El cuadrado, representa lo terrenal,
mientras que el círculo, se relaciona con lo espiritual.
Tanto la disposición de la planta como la vista
exterior son totalmente simétricos y proporcionados mostrando una concordancia
perfecta entre las partes. Los frontones de los diversos pórticos que componen
La Rotonda son idénticos e incluso mantienen el mismo número de escalones. El
pórtico solía emplearse tan sólo en la entrada principal; aquí, sin embargo, se
dispone en todas las fachadas para que la simétrica disposición sea perfecta.
Las amplias escalinatas, delimitadas por muros
laterales, conducen a los pórticos que sobresalen del cubo. Un estrecho pasillo
abovedado conduce, desde cada una de las cámaras, al espacio central de planta
circular, cuyo diámetro equivale a la anchura del pórtico. Dos ventanas ovales
flanquean el escudo
Desde los pórticos es posible gozar de la
maravillosa vista del campo circundante, dado que no por azar la villa fue
proyectada para estar en perfecta armonía con el paisaje.
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